De obras de Swedenborg

 

El Caballo Blanco #0

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El Caballo Blanco, del que habla el Apocalipsis en el capítulo 19.

Con particulares referentes a la Palabra y a su sentido espiritual o interno y después sobre la Palabra y su Sentido Espiritual o Interno, extraído de la obra “Arcanos Celestiales”.

Por Emanuel Swedenborg.

Traducción del Dr. L. E. Calleja, Revisado por Daniel Calvo Naranjo y pelo Rev. Johnny Villanueva

Heavenly Doctrine Publishing Foundation, Kempton, Pennsylvania, Diciembre, 2021

Prefacio para la traducción al español de la obra El Caballo Blanco y Apéndice

Este trabajo fue escrito y publicado originalmente en latin por Emanuel Swedenborg en el año 1758. Un apéndice fue escrito por Swedenborg como una carta al Rev. Thomas Hartley hacia fines de 1769. Y hace aproximadamente 100 años, el Dr. L. E. Callega de Méjico tradujo este trabajo y su apéndice para el idioma español de una traducción en ingles realizada por el Rev. John Whitehead. El Dr. Callega hizo algunas comparaciones con el latín, pero su traducción se guió bien de cerca de la traducción en ingles. Recientemente, esta traducción al español fue descubierta en la Escuela de Religión de Swedenborg, y se hizo una copia del texto mecanografiado de Callega. En el verano de 2021, esto fue transcrito al formato digital y revisado por Daniel Calvo Narajo para la Fundación de Publicaciones de la Doctrina Celestial, y luego revisado por el Rev. Johnny Villanueva, un nativo de Perú que ahora se desempeña como pastor en la Sociedad de la Nueva Iglesia en Rio de Janeiro.

Aunque estamos seguros de que se pueden hacer mejoras, ya que esto fue traducido a principio del idioma inglés, creemos que esta traducción podrá transmitir la Doctrina Celestial contenida en este trabajo, sobre el sentido espiritual de la Sagrada Escritura, al mundo de habla hispana. Esperamos tener esto listo, en poco tiempo, para ser publicado por la prensa, pero por ahora parece mejor compartir esto con el público en forma electrónica. Si desea una copia de este archivo en formato PDF, o desea compartirlo con otras personas, comuníquese con la Fundación de Publicaciones de la Doctrina Celestial. Si tiene sugerencias o correcciones, háganoslo saber.

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English Preface to the Spanish Translation of the White Horse and to the Appendix to this work.

This work was originally written and published in Latin by Emanuel Swedenborg in the year 1758. An appendix or addendum to this work was written by Swedenborg as a letter to Rev. Thomas Hartley towards the end of 1769. About 100 years ago Dr. L. E. Calleja of Mexico translated this work, and the appendix to it, into Spanish from the English translation by the Rev. John Whitehead. Dr. Calleja did check the Latin as he went, but his translation closely follows the English. Recently this Spanish translation was discovered at the Swedenborg School of Religion, and a copy was made of Calleja’s typescript. In the summer of 2021, this was transcribed into the computer and revised by Daniel Calvo Naranjo for the Heavenly Doctrine Publishing Foundation, and then further revised by the Rev. Johnny Villanueva, a native of Peru now serving as Pastor of the New Church Society in Rio de Janeiro.

Although we are sure improvements can be made, as this was originally translated from English, it is felt it that this translation will be able to transmit the Heavenly Doctrine contained in this work about the spiritual sense of the Sacred Scripture to the Spanish speaking world. We hope to have this ready to publish by the press in a short while, but for now it seems best to share this work with the public in electronic form. If you would like a copy of this file as a PDF, or would like to share it others, please contact the Heavenly Doctrine Publishing Foundation. If you have suggestions or corrections, please let us know.

Andrew James Heilman, Secretary, HDPF

Kempton, Pennsylvania -- November, 2021

andyhdpf - at - kncs.org

www.heavenlydoctrinepublishing.org

CONTENIDOS

i. La Palabra y su sentido espiritual o interno, 1-5

ii. La necesidad y excelencia de la Palabra, 6

iii. La Palabra no puede ser entendida sino por aquellos que están iluminados, 7

iv. La Palabra no puede ser entendida sino por medio de la doctrina sacada de la misma Palabra, 8

v. En la Palabra hay un sentido espiritual, que es llamado sentido interno, 9

vi. El sentido interno de la Palabra es entendido principalmente por los ángeles, y también por los hombres, 10

vii. En el sentido interno o espiritual de la Palabra hay innumerables arcanos, 11

viii. La Palabra está escrita por correspondencias y también por representaciones, 12

ix. El sentido literal o externo de la Palabra, 13

x. El Señor es la Palabra, 14

xi. Los que están contra la Palabra, 15

xii. Los libros de la Palabra, 16

xiii. Más particulares respecto de la Palabra, 17

Apéndice al Tratado sobre El Caballo Blanco

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Traducido por el Dr. Calleja al español de la traducción al inglés por el Rev. John Whitehead. Transcrito y revisado por Daniel Calvo Naranjo y pelo Rev. Johnny Villanueva.

De obras de Swedenborg

 

El Caballo Blanco #8

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8. La Palabra no puede ser entendida sino por medio de la doctrina sacada de la Palabra. La doctrina de la iglesia debe ser según la Palabra (ns. 3464, 5402, 6832, 10763, 10765). La Palabra sin la doctrina no es entendida (ns. 9025, 9409, 9424, 9430, 10324, 10431, 10582). La verdadera doctrina es una lámpara para los que leen la Palabra (n. 10400). La doctrina genuina debe ser para los que están en la ilustración venida del Señor (ns. 2510, 2516, 2519, 9424, 10105). La Palabra es entendida por medio de la doctrina formada por alguien que fue ilustrado (n. 10324). Los que están en la ilustración forman por sí mismos una doctrina sacada de la Palabra (ns. 9382, 10659). Cuál es la diferencia entre los que enseñan y aprenden según la doctrina de la iglesia, y los que enseñan y aprenden por el sentido de la letra de la Palabra solamente (n. 9025). Los que se atienen al sentido de la letra de la Palabra sin la doctrina, no llegan a ningún entendimiento respecto de las Divinas verdades (ns. 9409, 9410, 10582). Pueden caer en muchos errores (n. 10431). Los que permanecen en la afección de la verdad por causa de la verdad, cuando llegan a ser adultos, y ven por su propio entendimiento, no solamente permanecen en la doctrina de su iglesia, sino que examinan por la Palabra si son ciertas o no, (ns. 5402, 5432, 6047). De otro modo cada uno tendría la verdad de otro y de su patria natal, ya fuese judío o griego (n. 6047). Sin embargo, las cosas que constituyen materia de fe por el sentido literal de la Palabra, no deben extinguirse después de una plena intuición (n. 9039).

La verdadera doctrina de la iglesia es la doctrina de la caridad y la fe (ns. 2417, 4766, 10763, 10764). La doctrina de la fe no constituye la iglesia, sino la vida de la fe, que es la caridad (ns. 809, 1798, 1799, 1834, 4468, 4677, 4766, 5826, 6637). Las enseñanzas de la doctrina no tienen ningún valor, si no se vive según ellas, y cada uno puede ver que ellas son por causa de la vida, y no meramente para ser retenidas en la memoria y en el pensamiento, de donde se derivan (ns. 1515, 2049, 2116). Hoy, en las iglesias, se enseña la doctrina de la fe, y no la doctrina de la caridad, siendo esta relegada a la categoría de ciencia, llamada teología moral (n. 2417). La iglesia sería una, si los hombres de la iglesia se reconocieran por su vida, esto es, por su caridad (ns. 1285, 1316, 2982, 3267, 3445, 3451, 3452). Cuanto la doctrina la caridad es más elevada que la doctrina de la fe separada de la caridad (n. 4844). Los que no conocen nada respecto de la caridad, ignoran las cosas celestiales (n. 2435). Los que sostienen sólo la doctrina de la fe, y no la de la caridad, caen en errores; cuyos errores son también descritos (ns. 2383, 2417, 3146, 3325, 3412, 3413, 3416, 3773, 4672, 4730, 4783, 4925, 5351, 7623-7627, 7752-7762, 7790, 8094, 8316, 8530, 8765, 9186, 9224, 10555). Los que tienen sólo la doctrina de la fe y no tienen la vida de la fe, que es la caridad, fueron llamados otrora “incircuncisos” o Filisteos (ns. 3412, 3413, 3463, 8093, 8313, 9340). Los antiguos tuvieron la doctrina del amor al Señor y de la caridad hacia el prójimo, y la doctrina de la fe estaba a su servicio (ns. 2417, 3419, 4844, 4955).

La doctrina formada por un hombre ilustrado puede después ser confirmada por cosas racionales y científicas; y aquella puede, así, ser entendida más plenamente, y es corroborada (ns. 2553, 2719, 2720, 3052, 3310, 6047). Véase más sobre este asunto en “La Nueva Jerusalén y la Doctrina Celestial” (n. 51). Los que sostienen la fe separada de la caridad, quieren que solamente se crea en la doctrina de la iglesia, sin ninguna intuición racional, (n. 3394).

No es señal de ser hombre sabio el confirmarse en un dogma, sin ver si es cierto, antes de confirmarlo; y es lo que hacen los que están en la ilustración (ns. 1017, 4741, 7012, 7680, 7950). La luz de la confirmación es una luz natural, y no espiritual, y puede existir aun en los malos (n. 8780). Todas las cosas, aun las falsedades, pueden ser confirmadas de tal modo, que aparezcan como verdaderos, (ns. 2482, 2490, 5033, 6865, 8521).

  
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Traducido por el Dr. Calleja al español de la traducción al inglés por el Rev. John Whitehead. Transcrito y revisado por Daniel Calvo Naranjo y pelo Rev. Johnny Villanueva.