La interacción del alma y el cuerpo #1

By Emanuel Swedenborg

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De la interacción del alma y del cuerpo, que se cree que tiene lugar o por influjo físico, o por influjo espiritual, o por una armonía preestablecida.

1. Al respecto de la interacción del alma y del cuerpo, o de la operación del uno en el otro o del uno con el otro, hay tres opiniones y tradiciones, que son hipótesis: la primera se llama influjo físico; la segunda, influjo espiritual; y la tercera, armonía preestablecida. El primero, que se llama influjo físico, proviene de las apariencias de los sentidos, y por tanto de las falacias, porque parece que los objetos vistos, que afectan a los ojos, influyen en el pensamiento y lo producen, al igual que el lenguaje, que actúa sobre los oídos, influye en la mente y allí produce ideas, ocurriendo lo mismo con el olfato, el paladar y el tacto. Como los órganos de estos sentidos reciben en primer lugar las influencias que llegan del mundo, y la mente parece pensar y querer según los afectos de estas influencias, por eso los antiguos filósofos y escolásticos creían que el influjo de estos órganos se transmitía al alma, y así formularon la hipótesis del influjo físico o natural.

[2] El segundo, que se llama influjo espiritual, por alguna acción ocasional de este influjo, proviene del orden y de sus leyes, pues el alma es una sustancia espiritual, y por tanto más pura, anterior e interior, mientras que el cuerpo es material, y por tanto más grosero, posterior y exterior; y es según el orden que lo más puro influye en lo más grosero, lo anterior en lo posterior, y lo interior en lo exterior, así lo espiritual en lo material y no viceversa; así la mente cogitativa influyendo en la visión según el estado inducido en los ojos por los objetos, estado que la mente también dispone a su voluntad; así también la mente perceptiva influyendo en el oído según el estado inducido en los oídos por el lenguaje.

[3] La tercera, que se llama armonía preestablecida, proviene de las apariencias y falacias de la razón, ya que la mente en esta operación actúa en unión con el cuerpo y junto con él. Pero como toda operación es primero sucesiva y luego simultánea, la operación sucesiva es el influjo y la simultánea es la armonía, como cuando la mente piensa y luego habla, o cuando quiere y luego actúa. Por tanto, es una falacia de la razón establecer lo simultáneo y excluir lo sucesivo. Además de estas tres opiniones sobre la interacción del alma y del cuerpo, no es posible una cuarta, pues el alma opera en el cuerpo, o el cuerpo en el alma, o ambos juntos, de forma continua.

  
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